El algoritmo del populismo: la nueva estrategia digital de Trump

En la era de la inteligencia artificial, la política ha dejado de ser solo discurso: ahora también es código. Donald Trump y su equipo digital han entendido que los votos pueden manipularse con la misma precisión con la que se entrena un modelo de IA. Hoy, cada mensaje, cada video y cada tuit puede ser el resultado de un algoritmo diseñado para pulsar emociones específicas: miedo, orgullo, ira o esperanza.

El nuevo populismo no grita desde un mitin, sino desde un servidor. Sistemas de IA analizan millones de datos —búsquedas, reacciones, palabras clave— para construir versiones personalizadas del mensaje trumpista. A cada ciudadano, una narrativa. A cada emoción, un estímulo. Es la política de precisión emocional.

Lo más inquietante es que esta maquinaria ya no necesita al político original. La IA puede imitar su voz, recrear su gesto y producir discursos que suenan “más Trump que Trump”. El resultado: una figura que ya no pertenece al hombre, sino al mito digital que lo reemplaza.

Trump entendió que el algoritmo puede ser más poderoso que cualquier promesa electoral. Y mientras la ciudadanía cree elegir libremente, las máquinas ya han decidido qué emociones deben sentir.